En España se resuelve cada día sobre miles de asuntos sobre discapacidad e incapacidades permanentes. El problema es que la gran mayoría acaban con una denegación en la prestación. Los motivos son varios: puede ser porque las lesiones no alcancen el grado de incapacidad permanente que se pide, porque las patologías siguen pendientes de evolución y mejoría o porque simplemente no se cumplen los requisitos de cotización.

Lo que sí que hay que tener muy en cuenta es que cualquier resolución denegatoria de incapacidad permanente puede ser recurrida a través de lo que se llama reclamación administrativa previa. Existe un plazo de 30 días para ello, como explicamos en otros artículos de nuestro blog, como este: https://itorresal.com/reclamacion-administrativa-previa/

Pero lo realmente importante de este artículo es lo siguiente: no hay que asumir la derrota y pensar que nada se puede hacer ante esa resolución denegatoria de incapacidad permanente. Al contrario, en muchas ocasiones hay posibilidades de recurrir y que el recurso sea estimado en fase administrativa, aunque siempre podamos recurrir después al juzgado. Simplemente hay que seguir el procedimiento establecido y afrontarlo.

Por ejemplo, puede ser que denieguen una incapacidad permanente por considerar el equipo médico de la seguridad social que las dolencias están pendientes de evolución o mejoría, pero que tengamos informes médicos que digan lo contrario: que el trabajador tiene enfermedades crónicas o de difícil mejoría. Es uno de los escenarios más habituales que nos encontramos en el despacho.

También puede pasar que la resolución diga que no se cumplen las condiciones para alcanzar el grado de incapacidad permanente que se ha solicitado, pero que en realidad sí que se cumplan con los informes médicos que tenemos en la mano. Aquí viene algo importante: la seguridad social resuelve con los documentos que tiene, pero no quiere decir que tenga toda la documentación necesaria. Hay que tener en cuenta que tienen miles de resoluciones  de incapacidad permanente que sacar y en muchas ocasiones pasan cosas por alto.

Nuestro consejo en esta breve entrada es, por tanto, asesorarse bien y evaluar si tu caso es viable para solicitar una incapacidad permanente. Ese trabajo lo realizamos todos los días con el siguiente método: estudiar las patologías en su conjunto, las tareas del trabajador y como afectan en su día a día laboral. Con este sencillo y a la vez complejo proceso tendremos la información suficiente para concluir si es viable o no solicitar una incapacidad permanente.

Si quieres obtener más información, en el apartado casos de éxito de la web tienes algunas de las resoluciones que hemos conseguido para nuestros clientes. Si quieres que evaluemos tu caso, puedes llamarnos o rellenar el formulario de la web, y nos pondremos en contacto contigo.